El Dr. Lemière le dijo a Georgette “Este hombre se muere, pero no sé de qué”. Un 15 de abril de 1938 aconteció la muerte de César Vallejo. Con el tiempo se ha ido aceptando que la desnutrición y la tuberculosis arrastraron prematuramente al genio hacia la nada que nos espera a todos.
Ochenta y cuatro años después, quién iba a decirlo, un mundo digital y distópico lo cita en aparatos que Vallejo jamás hubiera imaginado. Migrante, pobre, latinoamericano-no-blanco, tieso, tímido y raro, su verdad es la del genio.
